La txanbela es un instrumento de doble lengüeta de la familia de los aerófonos.
Descripción del instrumento
Es un aerófono de lengüeta doble, similar a la gaita-dulzaina que todos conocemos, pero un poco más pequeño. Las lengüetas se hacían de caña, cuerno y también de plástico, como al final las hacía Caubet.
El tubo de la txanbela es cónico y está hecho de boj. La largura es menor que la de la dulzaina, aproximadamente hasta los agujeros llamados vientos de la dulzaina (la txanbela no los tiene). Para dar las notas, tiene ocho agujeros, como la dulzaina: siete en la parte delantera (la última ligeramente a un lado para el dedo meñique) y uno en la parte superior posterior.
Modo de interpretación
Con los agujeros que tiene la txanbela sería posible dar las notas que da la dulzaina, pero el txanbelari J. Pierre Caubet de Lakarri hacía algo diferente, utilizando la siguiente escala y digitación:
Empezando desde abajo;
- Cerrando todos los agujeros. – LA
- Agujeros 2 y 3 abiertos – Si (bastante bajo)
- Agujeros 2, 3 y 4 abiertos – Entre Do-Do#
- Agujeros 2, 3, 4 y 5 abiertos – Re
- Agujeros 2, 3, 4, 5 y 6 abiertos – Mi
- Agujeros 2, 3, 4, 5, 6 y 7 abiertos – Fa#
El agujero del meñique y el trasero permanecen siempre cerrados.
Como vemos, por ámbito e interválica, esta escala asemeja a la de la antigua alboka.
Historia
Para muchos el xirulari es el único músico original de Zuberoa, porque es éste el que aparece hoy en día en la mayor parte de actuaciones. Pero poca gente conoce este otro instrumento, que se ha tocado desde antiguo en Zuberoa, en las faldas de los Pirineos, y está casi desaparecido hoy día: la txanbela. Los pastores de la zona solían ser los principales tocadores.
Hoy en día, la txanbela y su música permanecen en la memoria de alguna gente mayor, pero que sepamos no quedan viejos tocadores en Zuberoa. Nosotros conocimos al último txanbelari que seguía tocando la txanbela, muerto a la edad de 75 años en 1988, J. Pierre Caubet de Lakarri, mencionado anteriormente. Él nos enseñó qué ha sido la txanbela y cómo se toca; él nos dio a conocer su repertorio y su antiguo estilo musical.
La txanbela ha conservado un estilo y modo de interpretar especial de la antigua música vasca, de lo más antiguo de nuestro cancionero popular, si no lo más antiguo. Por eso, la txanbela es más que un instrumento, es también una forma de hacer música. En Zuberoa hay un dicho que ilustra este estilo: “está cantando como la txanbela”.
Antaño la música popular vasca, como la de otros pueblos, hacía uso de diversos ritmos, escalas, modos y estilos. Muchas veces no cabían en una tonalidad o modo, no respetaban las reglas de la música “oficial”, ni esquemas melódicos ni métricos. Por eso los recolectores de melodías populares tuvieron grandes problemas hasta la llegada del magnetofón, porque no conseguían recoger en el papel la música que escuchaban. Posteriormente, paulatinte, todo esto se ha ido perdiendo y se ha vuelto más académico, estándar. La txanbela (J. Pierre Caubet) ha conservado en su rincón una forma antigua.
Caubet sabía bien distinguir entre esos dos mundos, y nos demostró más de una vez que era capaz de dar una misma canción en estos dos estilos.
Todas las melodías del repertorio tradicional de la txanbela son cantadas, y Caubet daba dos es de cada canción: una cantada y la otra con la txanbela. Las dos eran parecidas, libres, pero la cantada era más silábica, y la instrumental tenía más notas orntales. También llama la atención que todas las frases musicales de estas melodías terminaban con una nota tenida, que muchas veces no se mantenía, sino que descendía en tono. Hacer este efecto y el resto de notas especiales es posible con la txanbela, sin mover los dedos, cambiando la presión del viento y de la boquilla.
Transcripciones de las dos es que hace Caubet de una canción: a la izquierda la versión instrumental y a la derecha la cantada (Gaiteros de Pamplona-Iruñeko Gaiteroak, 1977)
Teniendo en cuenta estas cuestiones, y sabiendo que es difícil recuperar cualquier instrumento, en el caso de la txanbela esto se presenta más difícil todavía. Porque no basta con tocar el instrumento si su particularidad se pierde. Ese es el alma de la txanbela y el aporte más importante que le ha hecho a la música vasca.
FUENTES
Bibliografía
BELTRAN ARGIÑENA, Juan Mari. (1996). Soinutresnak euskal herri musikan. Hernani: Orain.
GAITEROS DE PAMPLONA-IRUÑEKO GAITEROAK. (1977). Caubet Chubuko Arhan: txanbela eta khantoriak (I). Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, 27. zk. (483-507). Iruñea.
(1978). Caubet Chubuko Arhan: Txanbela eta khantoriak (II). Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, 28. zk. (117-182). Iruñea: Institución Principe de Viana.
Discografía
BELTRAN ARGIÑENA, Juan Mari. (2017). Soinu-tresnak Euskal Herri Musikan. 1985-2010. Elkar-Soinuenea Fundazioa. KD DVD-E 968.
CAUBET CHUBUKO ARHAN. (1978). Txanbela bezala ari da khantatzen. Lekuko. H.M. 02.
Filmografía
BELTRAN ARGIÑENA, Juan Mari. (2017). Soinu-tresnak Euskal Herri Musikan. 1985-2010. Elkar-Soinuenea Fundazioa. KD DVD-E 968.
(2019). PIERRE CAUBET: "Pethi Xubuko Arhane". Soinuenea. HMB-2018-1329-CD-DVD.